martes, 3 de noviembre de 2015

El bibliotecario del siglo XXI como curador de contenidos

Vivimos inmersos en la Sociedad de la Información y del Conocimiento. La información cada vez se hace más necesaria para todos. Pero no todos necesitamos los mismos datos. Los requisitos a la hora de buscar información están estrechamente relacionados con nuestras  actividades diarias, edad y nivel cultural. 

Hoy en día podemos encontrar un sinfín de información. Tenemos a nuestra disposición un amplio abanico sobre todas las materias que componen el conocimiento humano. Contamos con materias que se desarrollan de manera muy general, pero al mismo tiempo tenemos datos muy específicos sobre temas muy determinados.

A lo largo de la Historia, el bibliotecario ha sido el encargado de proporcionar los recursos de información a los distintos tipos de usuarios: desde los bibliotecarios medievales que trabajaban en las valiosas bibliotecas de monasterios o catedrales, hasta los bibliotecarios universitarios de nuestros días que ofrecen la información más relevante y actual a investigadores y alumnos para su labor a la hora de crear nuevo conocimiento o el documentalista que trabaja para el servicio de documentación de una empresa. Pero no nos podemos olvidar de otros tipos de bibliotecarios como los que trabajan en bibliotecas públicas, que son los que tienen un rango de usuarios más amplio y con unas necesidades de información más variadas para apoyar, tanto su actividad laboral o educadora, como para satisfacer sus necesidades de ocio.


Actualmente, el término content curator o curador de contenidos aparece como una nueva profesión relacionada con la gestión de información y contenidos. Y a muchos puede resultar innovadora esta nueva profesión.

La curación de contenidos según Juan Arellano “la capacidad por parte de un sistema o del ser humano de encontrar, organizar, filtrar y dotar de valor, relevancia, significatividad, en definitiva, de utilidad el contenido de un tema específico que procede de diversas fuentes (medios digitales, herramientas de comunicación, redes sociales…)”.

En otras palabras, la curación es un proceso de selección de contenidos vinculados a un tema en particular. Cuando en una biblioteca se está realizando una  actividad conocida como búsqueda de información o de referencias bibliográficas en la que se tiene en cuenta aspectos como temas principales de búsqueda, así como relacionados, objeto de la demanda, información que ya conoce el usuario, profundidad o nivel de información, cantidad de información, idioma, límites cronológicos, formatos, etc., realmente se está haciendo una curación de contenidos. Aunque como norma general se tiende a la agregación de contenido.

La diferencia con la curación de contenidos es que mientras la agregación tradicional sólo trata de reunir contenidos relativos a un tema determinado, la curación filtra esos contenidos y selecciona de entre ellos sólo los mejores o de mayor relevancia. Así, el “curador de contenidos” se convierte en un especialista en contenidos.

A la hora de buscar información para un usuario, en una pirámide, la curación se mostraría como la etapa final dentro de las cinco etapas que se dan en la cadena: consultar, compartir, comentar, producir, curar. 

El primer paso es la consulta de los contenidos que se nos ofrecían en la Red y en la biblioteca, después se pasaría a compartirlos con otros usuarios, más tarde añadir nuestros comentarios y finalmente producir nuestros propios contenidos. El nuevo paso, culminación de ese proceso, sería la curación, el filtrado y selección eficientes de los contenidos. 

 Aunque la curación de contenidos no tiene una metodología rígida y cada uno puede escoger aquella que mejor se ajuste a sus necesidades o modos de trabajo. existen cinco modelos de curación de contenidos:

 1. La agregación. Se reúne la información más relevante sobre un tema específico en un mismo lugar. 
2. La destilación, una forma de realizar la curación de contenidos en un formato más simple, donde solo son compartidas las ideas más relevantes. 
3. La elevación, con la misión de identificar tendencias en pequeñas porciones de información compartidas online, como por ejemplo lo tweets en Twitter. 
4. El mashup, como la unión de contenidos curados para crear un nuevo punto de vista. 
5. La cronología, atendiendo a la reunión de información histórica organizada sobre la base del paso del tiempo para la evolución en la percepción de un determinado tema.

De estos diferentes modelos de curación, no es que uno sea mejor que otro, sino que permiten a las organizaciones posicionarse de diferentes maneras en la mente de los usuarios. 



La curación de contenidos va de la mano del desarrollo de las nuevas tecnologías y, por ello, junto con la evolución de la Web 2.0 (Blogs, Facebook, Twitter, Tumblr, Delicious, Foursquare, Read it later, etc.), que son esenciales para la curación de contenidos, se han ido uniendo algunas funciones:

1.- Divulgar lo que otros publican. Con Facebook, Twitter y Tumblr, se puso de manifiesto la importancia de “re-transmitir” la información con retweets y re-blogs. 
2.- Guardar lo que otros publican para leerlo y procesarlo más tarde. Esto es lo que puedes hacer con Delicious. 
3.- Estructurar la información en conjuntos. Hasta ahora teníamos dos mecanismos para organizar la información: la timeline y las etiquetas (hashtags). 

Pero también se puede clasificar lo que se publica en conjuntos que se pueden compartir y en los que otros usuarios pueden contribuir, a su vez, incluyendo sus propias publicaciones. La labor del bibliotecario en este aspecto es fundamental por su formación y experiencia utilizando sistemas de clasificación y generando documentos como bibliografías.

El futuro de la biblioteca del siglo XXI, que va unida al surgimiento de nuevas necesidades de información por parte de nuestros usuarios, así como al despliegue de nuevas tecnologías y ligada a la Web Social se verá impulsado por esta función en la curación de contenido. Ya que la figura del content curator o “intermediarios críticos del conocimiento”, que se encargan de recoger y compartir los mejores contenidos publicando compilaciones de gran valor ha sido siempre la principal función del bibliotecario, desde el inicio de esta profesión.

Para ampliar la información: 

Curación de Contenidos. Ramiro Aduviri Velasco




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